'España: artistas víctimas de la censura' tiene como protagonistas al artista Abel Azcona y al rapero Pablo Hasél.
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El artista de performance español Abel Azcona tuvo que vivir en el exilio en Portugal y sólo podía visitar su país a escondidas. Estaba en busca y captura por la policía. Su crimen: la blasfemia (durante sus actuaciones, ha criticado abiertamente los abusos sexuales a menores en la Iglesia católica). Un crimen que en cualquier país de Europa y otras tantas partes del mundo se asociaría inmediatamente con la Edad Media, pero que en España es el pan de cada día.
Éste mismo verano, mientras muchos estaban en la playa, el Ayuntamiento de Toledo, por iniciativa del partido de ultraderecha VOX, retiró el cartel en el que la cantante Zahara anunciaba su actuación en la ciudad con una imagen de su álbum 'Puta' en el que vestía como la Virgen María.
"La casa real, la iglesia y el franquismo son el enemigo de los artistas que luchan por tener más libertad de expresión", dice el narrador del documental 'España: Artistas Víctimas de la Censura' que el canal de TV francoalemán ARTE (que se puede ver gratis en España con tan sólo descargar su aplicación) acaba de estrenar.
El reportaje se centra en Abel Azcona (el artista contemporáneo más internacional de España), con testimonios del propio performer, a la vez que hace un seguimiento del caso del rapero Pablo Hasél, en la cárcel por sus canciones contra la monarquía. El presidente de la Fundación Francisco Franco también brinda su testimonio, mientras la representante de Abogados Cristianos, principales causantes de éste retroceso cultural, se negó a aparecer.
Cada vez son más los medios y las instituciones internacionales preocupadas por el aumento de la censura al arte en España. Hace poco, la Fundación Internacional de Derechos Humanos se pronunció contra el peligro que instituciones como VOX y el Ayuntamiento de Toledo suponen al respecto:
1. Urge derogar el tipo penal de la “ofensa a los sentimientos religiosos”;
2. Ya existe la prohibición del discurso de odio discriminatorio;
3. Censurar el arte supone un retroceso peligrosamente inconstitucional;
4. Lamentamos la decisión del Ayuntamiento de Toledo (con respecto al caso de la cantante Zahara).
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