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  • Foto del escritorLiceo Magazine

ABEL AZCONA ES EL 'ARTISTA DEL AÑO'

El Arte se hizo carne... y vino a habitar con nosotros.


¿Es la desobediencia una tragedia? Si nos vamos a su acepción mitológica, la respuesta rápida es sí. Antígona, su principal arquetipo, fue castigada con la muerte, por obviar la prohibición de enterrar a su hermano. Ya desde entonces, desobediencia venía unida a un dilema moral. En la versión cinematográfica de Sophie Deraspe - y que curiosamente vimos mientras pensábamos en escribir este artículo - el dilema obviamente se traslada a una cuestión actual: una joven inmigrante argelina desacata la ley canadiense para evitar que su hermano sea deportado.


Si la tragedia es el origen de una desobediencia como intentar huir al "alto o disparo" tras cometer un crimen, seguramente muchos lo justificarían. Es común la frase "tu libertad termina donde comienza la de los demás". Ahora bien, ¿qué sucede cuando la libertad individual termina donde comienza la mera ideología del otro?, no cuando robo, maltrato o asesino al otro, sino simplemente pienso diferente a él. ¿Hasta qué punto podemos considerarnos personas libres o habitantes de un país libre si basta con que cualquier persona se ofenda por tu opinión o estilo de vida para que el sistema le permita llevarte a la cárcel, o deportarte? (aunque algunos por allí preferirían fusilarte)



"La desobediencia está íntimamente ligada a la libertad de modo que una persona puede llegar a ser libre mediante actos de desobediencia, aprendiendo a decir no al poder o a las formas de violencia que vulneran y precarizan su existencia. Existir en sí mismo ya es violento, pero mayor violencia es no vivir por miedo al disenso".


Ésto nos dice Abel Azcona en su libro 'Acto de Desobediencia' (Editorial Milenio, 2020) y de cuyo prólogo hemos extraído algunas de las frases que aquí citaremos. Si el arte verdadero es la disciplina que mejor plasma y busca dar respuesta al contexto sociohistórico, Abel Azcona prácticamente no tendría competencia a la hora de ser nombrado el ARTISTA DEL AÑO. De hecho, mientras veíamos a 'Antígona', no dejábamos de pensar en Abel y discutir si acaso él no es la última representación de aquél mito, capaz de desobedecer al punto de arriesgar su propia libertad e integridad física para honrar a todos sus hermanos.



Podríamos haberlo entrevistado como solemos hacer con nuestros artistas, pero hay tanto ensayo sobre su obra que no quisimos redundar. Al contrario, invitamos a todos nuestros lectores a descubrir cualquiera de los textos que pueden encontrar en su página oficial www.abelazcona.art. Lo que encontrarán será a un hombre escandalosamente coherente, que sorprendentemente escribe tan bien como un poeta o un filósofo, pese a ser tan bueno en la acción y en el arte.


"Quiero el fuego del saber, la llaga y el ardor de la posibilidad de lo imposible. Mi deseo es apostar por las cuestiones que desorientan, quiero la ceguera inicial de abandonar las sombras de lo seguro, lo aceptado y lo establecido que me impide mirar con otras luces, quiero lo rugoso, lo obtuso, destrozar mi atadura de esclavo y erguirme, abandonar la minoría de edad y preguntar con voz propia, dudar, diferir".


Cada acción/performance, ensayo fotográfico u obra literaria de Abel Azcona es una respuesta contundente, voraz, inequívoca, valiente, a una España y a un mundo que él parece ver, vivir, entender y expresar como nadie. Esa España que a pesar de tanta "movida", bienestar, leyes vanguardistas y fiestas de orgullo, sigue conviviendo con una iglesia medieval, inescrupulosa, inquisidora, representada formalmente por unos Abogados Cristianos y cuyos verdaderos pecados ha denunciado en obras ya históricas como 'Amén o la Pederastia', performance donde denunciaba la pedofilia en la iglesia católica escribiendo esa palabra con la misma cantidad de obleas consagradas que casos de abuso sexual infantil en el norte de España...



"Ustedes, los mismos que juzgan; jueces, patriarcas, amparadores del poder, han colocado el velo (veto) a todo lo que pregunte, desborde o cuestione. Para ustedes deben ser catalogados como criminales: los distintos, la alternancia, la diferencia. Para ustedes los desobedientes y rebeldes deberían habitar de forma pasiva y silente, dentro del pequeño corral en el que pretenden amontonarnos cuales bestias irracionales y no pasionales. Sin duda alguna desde Platón, los artistas seremos los primeros expulsados, acusados de embusteros, difamadores, demiurgos de imágenes imposibles".


...esa España cada vez más peligrosa, retrógrada, ultraderechista, que desea fusilar a unos cuántos millones de personas por pensar o ser diferentes, o básicamente, por ser de izquierdas, la España fachista-franquista que Azcona ha buscado derrumbar en 'La Caída', donde realiza un peritaje completo para la detonación del Valle de los Caídos...



"El lugar de mi cuestionamiento es el arte y considero que si los artistas debemos utilizar el arte para implosionar el sistema, así será. Hacer detonar la mierda no es pecado, sino virtud".


...o más recientemente, en la que quizá constituye su obra artística más importante de éste año ('España os pide perdón', pieza procesual y reinvindicativa donde cientos de personas han formado parte con sus carteles, pintadas o murales en más de veinte ciudades latinoamericanas) a ese país nacionalista que aún se regocija en la "virtud divina" de haber descubierto, colonizado, vejado, violado y esclavizado a todo un continente, al punto de seguir celebrándolo cada 12 de Octubre o incluso cada día del año, cuando miles de inmigrantes deben seguir sufriendo las humillaciones y vejaciones de sus "amos" contemporáneos.



"Si bien aborrezco la palabra sistema, españoladamente impregnada de monarquía, sistemas judiciales al servicio de la política, sistemas bancarios y otros malos hábitos, es mi deber verbalizarla y representarla, porque lo nocivo, quizás en mayor medida, debe ser nombrado o hasta tremolado. [...] En el régimen, todo aquél pensador autónomo y dispar será desconocido, maldito y exiliado. Así es como nacemos los bastardos y parias del sistema. Si, como digo, este sistema es capaz de postrar unicamente por ideología a individuos ante un juez, exiliarlos o apresarlos, creo que es deber del artista atentar contra ese sistema".


De ésta manera, todas éstas acciones y otras tantas que forman parte de la historia del arte performativo/participativo de Azcona y del arte contemporáneo en general, han desembocado en otra acción mayúscula: el 'Acto de Desobediencia' ante los ridículos crímenes que se le imputan y cuya justificación, además, ha compartido con el mundo en éste libro.


"Hoy, 5 de febrero de 2019 [...] debería "comparecer para declarar como imputado por [...] delito contra los sentimientos religiosos" [...] Yo declaro que asumo una posición de desobediencia, por lo que decido no acudir al Juzgado [...] como acto de rebeldía. El arte contemporáneo es y debe ser una herramienta de crítica social y política y un ejercicio de libertad".


Sin duda, el arte contemporáneo español le debe mucho a Abel Azcona: le debe sentido, responsabilidad, significado, riesgo, pensamiento, coherencia, gratitud. Él sí es "marca España".


"Tengo causas abiertas en procesos judiciales con el Arzobispado de Pamplona y Tudela, VOX, la Asociación Abogados Cristianos, Hazte Oír o la Fundación Francisco Franco. Es evidente que el régimen del 78 hace aguas. Es visible en cada caso de corrupción política. Mientras tanto, se persigue a creadores y pensadores por sus ideas, muchos de nosotros condenados a prisión o al exilio como única alternativa. Un maltrato continuo contra la libertad de expresión y una pérdida total de las garantías democráticas".

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