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  • Foto del escritorLiceo Magazine

El White Lab presenta la retrospectiva de Abel Azcona: 'Un hombre y un cuerpo'.

Desde éste fin de semana y hasta el 29 de Mayo White Lab muestra una selección retrospectiva (1988 - 2021) de piezas esenciales, procesos acabados, inacabados, apuntes, brozas y otros deshechos del artista.


En apariencia, con Abel Azcona parece confirmarse aquel frecuentado lugar común según el cual la obra de arte más natural sigue siendo siempre el propio artista. Ha convertido su cuerpo y presencia en indispensable territorio para la experimentación, tomándolo como materia prima y valiéndolo como detonante de cada proceso creativo. Su obra artística, considerada altamente autobiográfica, se manifiesta en una variedad de medios que nacen desde la performance y evolucionan en instalación, escultura, video, pintura o escritura, disciplinas con las que explora cuestiones que abarcan tanto temas globales como los derechos humanos, las injusticias sociales, el género, la diversidad, el feminismo, las desigualdades, el terrorismo o la religión como situaciones y vivencias personales protagonizadas por experiencias como el abandono, la violencia, el abuso y maltrato infantil, la enfermedad mental, la privación de libertad y la prostitución.


(Abel durante la inauguración de su retrospectiva en White Lab)

'Un hombre y un cuerpo' supone una minuciosa selección de la obra de Azcona. Piezas esenciales, procesos acabados e inacabados, apuntes, brozas y deshechos de sus obras procesuales. Abel Azcona nació el 1 de abril de 1988, fruto de un embarazo no deseado, en la Clínica Montesa de Madrid, institución regentada por una congregación religiosa dirigida a personas en situación de riesgo de exclusión social e indigencia. De padre desconocido, su madre, una joven en ejercicio de la prostitución y politoxicomania llamada Victoria Luján Gutierrez le abandonó en la propia maternidad a los pocos días de nacer. Las primeras obras de Abel Azcona fueron creadas en las calles de Pamplona a partir del año 2005, a la edad de dieciséis años, siendo alumno de la Escuela de Arte de Pamplona. Ese mismo año es ingresado en dos clínicas psiquiátricas, una en Barcelona y otra en Pamplona, durante un largo periodo, motivado por problemas mentales y un intento de suicidio grave. Al salir de los centros, Azcona totalmente desnudo y sentado en una silla interrumpe el tráfico en una de las avenidas centrales de Pamplona. A partir de entonces realiza obras en la calle de forma periódica, todas ellas con un espíritu crítico y con el objetivo de denuncia en temáticas como el abandono, la violencia, la identidad o la sexualidad.


Siendo detenido en varias ocasiones, Azcona convierte durante estos primeros años las experiencias traumáticas vividas en raíz de sus primeras acciones y obras artísticas hasta convertirse en una auténtica figura dentro del arte contemporáneo europeo, elegido como mejor artista internacional de performance según la prensa inglesa en el año 2014.



Con más de doscientas exposiciones es considerado uno de los artistas más prolíficos y se le ha otorgado el sobrenombre del «enfant terrible del arte contemporáneo español». Su obra ha sido creada y presentada en importantes museos, instituciones y galerías de arte contemporáneo como el Arsenal de Venecia, el Palacio de las Artes de Nápoles, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Art League de Houston, el Museo Ramirez Villamizar, el Leslie Lohman Museum de Nueva York, el Museo Norte de Santander, el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga o el Palais de Tokyo, PIASA y la Galería Perrotin de París; entre muchos otros.




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