Todo pasa en Tel Aviv: un clásico instantáneo
- Liceo Magazine
- 5 mar 2020
- 6 Min. de lectura
El próximo 13 de Marzo se estrena en España la película israelí Todo pasa en Tel Aviv, de Sameh Zoabi. Una comedia al estilo de Woody Allen, elegante y muy divertida, que narra el conflicto paestino-israelí de una forma jamás tratada antes en el cine: con humor... y mucho amor.

Dicen que no importa quién lo hizo mejor, pero sí, quien lo hizo primero. 'Todo pasa en Tel Aviv no es Parásitos, Dolor y Gloria o el Joker. No es una obra maestra, pero es un clásico instantáneo en cuanto a que su estructura narrativa, su estilo y osadía sientan escuela. Una comedia que fácilmente podría convertirse en una película de culto e inspirar generaciones de cineastas. Zoabi no la tenía fácil al abordar el conflicto palestino-israelí desde una óptica de comedia ligera a la romántica, jugando además con una metaficción, pero lo ha logrado con una genialidad absoluta. De allí su liderazgo creativo.
"Es un gran desafío hacer una comedia sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Dice Zoabi al comenzar a hablar de su nueva película.- La gente se toma muy a pecho todo lo relacionado con la religión, y cualquier intento de hacer una comedia puede ser malinterpretado fácilmente. Pero creo que la comedia permite la libertad de discutir muchos problemas serios de una manera más sutil. En mis películas, mi objetivo es entretener pero también hablar con sinceridad sobre la condición humana de todos mis personajes. En Todo pasa en Tel Aviv, la historia trata directamente con la idea de puntos de vista conflictivos. Como en mi película anterior (A man without a cell phone), el tono es cómico, no para aclarar una situación que es más terrible que nunca, sino para utilizar las ideas que la exageración cómica puede traer. Como dijo Charlie Chaplin "Para reír de verdad, debes ser capaz de soportar tu dolor y jugar con él."
Salam (Kais Nashif, Premio Orizzonti del Festival de Venecia al Mejor Actor), un buscavidas palestino de 30 años que vive en Jerusalén, trabaja en el set de la famosa telenovela palestina Arde Tel Aviv, producida en Ramallah. Todos los días, para llegar a los estudios de televisión, Salam debe pasar por un estricto control israelí. Allí trabaja Assi, el comandante a cargo del puesto, cuya esposa es fan de la telenovela. Para impresionarla, Assi se involucra en la escritura del guión, mientras Salam se da cuenta de que las ideas de Assi podrían ser lo mejor que le ha pasado nunca.

Partiendo de ésta premisa, Zoabi construye con suprema naturalidad y exquisita sencillez una narrativa con múltiples lecturas. Primero, toma la telenovela como base sobre la cual girarán las vidas y los conflictos de sus personajes. Zoabi no utiliza el rodaje de una película, por ejemplo, lo cual habría hecho el filme elitesco y seguramente más "prestigioso" y llamativo para premios y festivales de cine. En su lugar, aborda el subgénero más querido por la gente más humilde del oriente medio (fenómeno también encontrado en Latinoamérica) lo cual nos descubre ya a unas personas sencillas tanto de un lado como de otro (Israel-Palestina) que tienen en común, entre otras cosas, que disfrutan una misma telenovela, 'Arde Tel Aviv'. "No todo puede ser política", le aclara la esposa al comandante israelí Assi, cuando éste llega a casa y la encuentra viendo (junto a otras mujeres de la familia) una telenovela palestina.

"Las telenovelas son un tema interesante en el Oriente Medio - cuenta Zoabi. El público las ve y enseguida se enganchan al argumento. Lo que yo encuentro interesante es que las personas que miran telenovelas encuentran las actuaciones y el diálogo directo más creíble que la actuación sutil y el guión de los largometrajes. La introducción de la telenovela en la película me permitió explorar cosas que no habría podido hacer sin ella Por ejemplo, en la escena inicial de la película, que me parece bastante política, los personajes palestinos en la telenovela expresan cómo se sienten sobre la inminente guerra árabe-israelí de 1967. Ellos hablan sobre sus esperanzas, historia y miedo a la ocupación israelí de Jerusalén. Hablan emocionalmente, sin filtros, pero porque esta escena tiene lugar dentro de una telenovela. Proporciona un giro diferente".
En una conferencia en España, allá en los noventa, el desaparecido dramaturgo venezolano José Ignacio Cabrujas (Señora, La Dama de Rosa), llamado "El Maestro", definió a la telenovela como "el espectáculo de los sentimientos". Lo que le separaba de otros géneros y de allí su "shock" en Europa, decía, era que se centraba completamente en el amor, algo ya visto como cursi en éstas sociedades. Este espectáculo de los sentimientos es como decía antes, lo que une a éstos personajes, el segundo elemento a desglosar.

Si bien Salam es el protagonista de la historia, como un asistente de producción que súbitamente es ascendido al rol de escritor de la telenovela más vista en Israel y Palestina, 'Todo pasa en Tel Aviv' funciona casi como una historia coral. Además de Assi y su esposa, encontramos a Tala (Lubna Azaval), la actriz que da vida a la heroína de la metaficción, la espía palestina infiltrada en el ejército israelí con la finalidad de seducir a su líder para matarlo, pero que, por supuesto, termina enamorándose de él. Está también Mariam (Maïsa Abd Elhadi), la humilde doctora por quien suspira Salam, y el padre de ésta, quien ve la telenovela desde su frutería; sin olvidar el trío de productores de la serie.
Lo que Zoabi desea mostrar en esta película, aunque suene tan cliché como una telenovela, es que todos somos iguales hasta que los políticos nos digan lo contrario. Assi, probablemente el personaje más complejo, encarna a quien podría ser el villano en el inconsciente colectivo: un comandante de la fuerza israelí que, no obstante, ayuda a Salam a escribir su telenovela, adora el humus y da lecciones de romanticismo. Espera además, ingenuamente, que la telenovela tenga un final feliz que repercuta en el contexto. Viniendo de la mente de un escritor y director palestino, es doblemente especial ésta caracterización. Lo que nos lleva al tercer elemento de la narrativa: la responsabilidad del escritor.

En la metahistoria (la telenovela 'Arde Tel Aviv') la acción se sitúa en el año 1967, meses antes de llamada "guerra de los seis días". Los rumores de guerra están en todas partes. Manal, una glamorosa mujer árabe, se planta como espía en el corazón de la ciudad y se hace llamar Rachel, una inmigrante judía francesa. Su misión: hacerse amiga y seducir a las figuras militares más poderosas de Yehuda, Israel, para conocer los planes de guerra israelíes. Manal es una gran cocinera y ha abierto el mejor restaurante francés en Tel Aviv. El restaurante de Rachel está ubicado frente al cuartel general del ejército israelí. De este modo conoce a Yehuha, a quien el dulce y delicioso pastel francés llama su atención. A medida que pasan las semanas, "Rachel" y Yehuha se convierten en amantes. El secreto para un hombre poderoso es su estómago. Pero, ¿se ha enamorado realmente Manal? ¿Ha olvidado su causa palestina: que ella es la hija de una familia de refugiados de Jaffa? Y lo más importante: ha olvidado a su novio Marwan, el guerrillero de la resistencia que la envió al peligro?
A todas y cada una de éstas preguntas debe responder el pobre Salam. Pobre, porque aceptó continuar la historia por un aumento de rango y salario (de asistente de producción a escritor de la serie rating del canal). Lo que no sabía era la responsabilidad que ésto conllevaba, pues como una Scherezade, ahora deberá mantener cautiva a la audiencia a riesgo de que ésta le asesine (figurativamente).
"A nivel personal, la película trata sobre un artista (un aspirante a escritor) que lucha por encontrar su sitio dentro de un lugar tan disputado por la realidad política. En un nivel más amplio, la película tiene dos líneas políticas: primero, está la historia de la guerra contada a través de la telenovela y presentada por Bassam, el productor y creador del programa, quien es también el tío de Salam. Bassam pertenece a la generación anterior de palestinos que lucharon en la guerra de 1967, pero también firmaron el Acuerdo de Paz de Oslo. Y segundo, está el día a día de los puntos de control. Finalmente, la telenovela y la realidad narrativa comienzan a conectarse y fusionarse. Como un joven palestino, Salam, se encuentra luchando con estas dos realidades. La vida de Salam y su dinámica con Assi se refleja en la telenovela. En pocas palabras, Assi, "el ocupante" quiere dictar su propia versión de una realidad sobre Salam, "Los ocupados". A medida que crece la confianza de Salam, se da cuenta que esto es imposible y que necesita detenerlo. Nada puede cambiar en Palestina e Israel hasta que ambas personas sean iguales. Esta es la única forma de avanzar".
Es entonces cuando Salam debe "madurar" como ser humano y como artista y pensar un final coherente para ésta historia. Descúbrela en cines éste 13 de Marzo, y no dejes de comentarla con nosotros.
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