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  • Foto del escritorLiceo Magazine

Narges Kalhor: en el Nombre de Scheherezade

La 28a Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona que actualmente se sucede vía online a través de Filmin presenta ésta fascinante revisión de "Las Mil y una Noches", que Pasolini seguramente aplaudiría encantado, con una Scherezade que mezcla historias sobre la mujer en el arte islam, el homosexual musulmán o... la historia de la cerveza.


La experiencia de hacer una película es a menudo una experiencia dramática mucho más interesante que la película misma. Por lo tanto, hacer una película de la realización de la película que inicialmente le hubiera gustado realizar es un movimiento conceptual común que le permite al cineasta presentar su propia experiencia de hacer cine y reflexionar sobre el acto creativo en general, pero desde el comienzo de su proyecto Narges Kalhor ya había imaginado una película en la forma de "making-of" de esa película. El acto de revelar la realización, entonces, no es un gesto documental realista, sino una estrategia abiertamente escenificada de narración de historias. "In the Name of Scheherazade" es una versión falsa de una película documental aún más falsa, pero muy realista, sobre The First Beer Garden in Teherán (algo así como la primera terraza cervecera de Teherán). El maravilloso viaje de regreso en que termina la película "sella" esta segunda torsión que se aleja de su creación.


En la película de Narges Kalhor, en realidad hay más de tres capas (filmación/ realización/película en sí misma) porque también vemos la película escolar más antigua de Kalhor en Teherán, extractos de programas de televisión de propaganda iraní y, para complicar aún más estas capas: diferentes formatos de película, animaciones y teatro de sombras. Esta última faceta constituye la clave real para comprender la multiplicación de los géneros cinematográficos y aquí cabe resaltar el maravilloso trabajo de edición en colaboración con Frank J. Müller, sin el cual todo habría podido caer en lo absurdo: la obra de teatro se centra en una reelaboración de uno de los historias de la versión original persa del cuento transmitido oralmente de Scheherazade. La narración de ésta heroísna se convierte no solo en una ocasión para contar historias en la pantalla grande, sino en el tema real de la película. De forma indirecta e inteligente, "In the Name of Scheherazade" es una de las mejores adaptaciones cinematográficas del antiguo corpus mitológico de cuentos, de manera similar indirecta en que "Lost in La Mancha" (Keith Fulton, Louis Pepe, 2002), la creación de del intento fallido de Terry Gilliam de realizar una adaptación cinematográfica de Don Quijote de Cervantes, puede considerarse una de las mejores adaptaciones cinematográficas de éste clásico.



Gracias a la inteligencia arquitectónica del principio de entretenimiento de Scheherazade y la serie de historias incrustadas, Kalhor aplica brillantemente la crítica implícita de Scheherazade a la estructura de poder que subyace en su obligación de contar historias al cine. La narración de cuentos es una estrategia de supervivencia donde el placer de la historia oculta tanto la sumisión (meta-narrativa) como la rebelión, el compromiso y la crítica.


"In the Name of Scheherazade" nació en realidad como una película de graduación e, incluso si el tutor de Kalhor, Herr Steinbrecher, se muestra como el rey opresor que hace cumplir las reglas del juego, debería estar feliz de haber sido explotado y no rechazado por el proyecto cinematográfico La inversión irónica de Scheherazade / Kalhor de los roles muestra una estrategia de revuelta que no aniquila sino que incluye al explotador, convirtiéndolo en el explotado.


Incluso si la película no evita que Irán y Baviera sean criticados, sino que establece conexiones entre la censura del régimen y los estándares comerciales de la escuela de cine de Munich, es en el nivel formal que la película desarrolla su verdadero potencial político. Es por eso que siempre nos reímos dos veces cuando vemos esta película: tanto por las múltiples declaraciones cinematográficas satíricas como por la revuelta política que está incrustada en el dispositivo narrativo de Scheherazade. El humor (social) exige ironía (política) y la ironía exige humor. Esto también se aplica al espectador, para la película, después de haber progresado lentamente a una segunda parte más convencional, nos damos cuenta a través del elogio de Steinbrecher (para esta segunda parte) de que nos hemos acostumbrado gratamente al estilo del régimen, ya sea dictatorial o comercial. Luego tenemos la oportunidad de emprender nuestra propia autocrítica irónica y recuperar el interés por la narración de historias múltiples más fragmentada y construida que connota la actitud artística y política de Scheherazade / Kalhor. Las historias nunca se detienen, e irónicamente se multiplican: con ellas, disfrutaremos, pero sin contentarnos del todo. Jamás. Esto significaría la muerte.




Por Giuseppe Di Salvatore

(Traducido de Filmexplorer.ch)

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