Ricardo González
Es Diciembre de 2022 y aunque parezca un milagro cinematográfico éstos días se estrena en España 'Pequeña Flor', una comedia surrealista de Santiago Mitre sobre el amor, la amistad entre un fantasma y su asesino y mucho jazz. Uno de sus destacados protagonistas es Sergi López, ese monstruo de la actuación que lo mismo te hace un psicópata a là 'Laberinto del Fauno' que un divertido psicólogo al que acuden el uruguayo Daniel Hendler y la francesa Vimala Pons para tratar de salvar su amor.
Gracias a los amigos de Surtsey Films ésta semana pudimos conversar con éste gran actor en su parada promocional en Barcelona. Sergi López i Ayats nació y vive muy cerca, en Vilanova i la Geltrú, pero desde que se fue muy joven a París siguiendo el circo y con muchas ganas de hacer teatro no ha dejado de viajar y filmar por medio mundo.
Desde afuera parece que eres un alma errante que no conoce fronteras, un espíritu que viaja donde un autor lo requiere y es entonces cuando encarna en ese nuevo personaje. ¿Tú también te sientes así?
(Risas) ¡Sí, totalmente! Me has descrito como agua de Mayo. Gracias al cine siempre ha sido así. Me fui de casa desde muy chico y nunca he parado. Un día estoy filmando en Cataluña, al otro en París, en Francia o en Italia. Reconozco que es un privilegio enorme y no puedo sino sentirme agradecido. ¡Qué bien me has descrito!
Y parte de ese privilegio, sin duda, es la oportunidad de haber trabajado con algunos de los autores cinematográficos más importantes de ésta era. Sé que la pregunta es muy general, pero ¿cuál ha sido "a groso modo" el gran aprendizaje que has recibido de todos ellos?
¡Qué buena pregunta! Creo que la respuesta justamente es reconocer la diferencia. No me refiero solo a las diferencias estéticas y conceptuales de cada uno de ellos... por supuesto, es muy diferente un Guillermo del Toro o una Alice Rohrwacher o un Woody Allen que Agustí Villaronga... pero me refiero a la importancia y reconocimiento de la diferencia "per se", a no regirse sólo por criterios comerciales. A pesar de que el cine es una industria y no lo podemos negar (si hacemos una película, necesitamos que el público la vea) es importante contar la historia de la manera que el autor siente que debe ser narrada, que es al fin de cuentas lo que significa "cine de autor", un cine que no puede encasillarse dentro de ningún género específico porque el autor sólo se asemeja a sí mismo.
Por otro lado, Sergi, ¿es posible que tanto moverte de un lugar y de un género a otro traiga como consecuencia que a la gente le cueste identificarte como "el gran actor catalán" o "el gran actor español... francés" o así? Ya sabes, en éste mundo del cine es bastante común que cada artista forme su propio nicho/audiencia.
Entiendo perfectamente tu pregunta y estoy totalmente de acuerdo en que es así. Pero a mí no me importa. No, porque de entrada yo nunca he querido ser "el más importante", "el más reconocido". Eso de ser el número 1 no va conmigo. Cuando yo dejé mi casa tan pequeño y me fui a estudiar a Francia, mi único sueño era ganarme la vida como payaso. ¡Y vale que he conseguido ese sueño! Ya te digo, ganarme la vida haciendo lo que me gusta es un enorme privilegio.
Y si hay algo que la gente aprende viajando tanto, viviendo y trabajando en un lugar a otro es a convertirse en un verdadero "animal político", a entender el comportamiento de las diferentes sociedades donde se desenvuelve. Tú nunca has tenido miedo a expresar tus opiniones políticas (Sergi asiente y sonríe) sea sobre el sueño independentista en Cataluña o apoyando a x político. Ahora mismo que parece que el mundo, especialmente Europa está tan convulsionado políticamente sobre éste llamado "auge de la derecha" qué sientes, ¿cómo ves tú el panorama?
Acabar con la derecha es una lucha eterna de la que no debemos descansar un solo día. Parece mentira, casi un absurdo, que en pleno siglo XXI después que ya creíamos que habíamos conquistado tantos derechos y nos sentíamos seguros porque los mismos ya estaban escritos en una Constitución, otra vez tengamos que estar peleando para que no nos los quiten, para que no los borren de allí. Es importante estar preparados, no dormirnos. Como dice el refrán "la única lucha que se pierde es la que se abandona".
Quizá por todo éste contexto, una película como 'Pequeña Flor' es algo tan importante para relajarnos en éstos días tan álgidos. ¿Cómo llegó a tí éste guion y que fue particularmente lo que te agradó de el mismo?
Mariano Llinás (el guionista) me envió el texto basado en la obra de Iosi Havilio y a la primera lectura me dejó perplejo por su capacidad de riesgo, de mezclar tantas cosas, no tener respeto por los géneros además sin ningún tipo de complejo en que sea así. Creo que es un cine muy valiente. Fíjate, que hablamos de la derecha y podemos encontrar en el cine comercial una comparación con la misma: siguiendo siempre con lo establecido, con un miedo terrible, insano, hacia la diferencia. Así que es un milagro encontrar un cine de autor como éste que apuesta por una nueva manera de contar una historia. Para mí es como estar en un cuento de Hadas. Yo es que a veces creo que vivo en un cuento de Hadas (risas)
Y precisamente, por todo éste riesgo que toma 'Pequeña Flor' parece que a nivel de distribución le costó tanto encontrar su lugar en las salas de cine, porque las distribuidoras suelen buscar algo más convencional. ¿Tú crees que está en peligro el cine de autor?
Sí. El cine de autor está en peligro, como todo pensamiento propio lo está. Pero también quiero creer - quizá porque como artista soy un soñador y no tengo otro remedio - que esa diversidad que es la que nos hace ser tan humanos prevalecerá también en el cine.
Hablemos ahora de Bruno, ¿cómo fue darle vida a éste personaje? Mientras la veía me decía "WOW, acá todo es muy exagerado, sólo un actor muy bueno puede mantener verosímil a su personaje en éstas circunstancias!".
¡Gracias por tus palabras! Tú lo has dicho muy bien. Tenía que entrar con una energía enorme y mantenerla entre corte y corte. X me dirigió muy bien. Me decía "¡Dale con todo! Te quiero lúdico, no reflexivo". Yo me divertí mucho, fue un rodaje de muchas risas. La verdad es que da gusto ir a un rodaje así donde no sientes que estás trabajando sino divirtiéndote todo el rato.
No sé si tú lo habías pensado, pero yo encontré 'Pequeña Flor' como una metáfora del ser de Sergi López: arriesgado, sin géneros, muy internacional, hablando un momento catalán, español o francés... ¡incluso Bruno es de Vilanova i la Geltrú como tú!
No lo había pensado... ¡pero te lo compro! Es verdad (pausa reflexiva). Una metáfora de mi vida. ¡WOW! Sí, es así, tal cual. Gracias por el aporte, me gusta mucho, me lo quedo (risas).
(Risas)
Sergi, y después de haber viajado por todo el mundo, haber hecho todos los géneros con los más grandes autores de tu tiempo... ¿qué más sueñas?
Quedarme como estoy. No pido nada más. Mantener la suerte, la disponibilidad y la lucidez para seguir recibiendo las propuestas más variopintas de diferentes lugares y que lo complicado sea decir no. Que mi único problema siga siendo ese: tener tantas propuesta interesantes que lo más duro sea decir no porque no puedo aceptarlas todo. Y yo sé que eso es un enorme privilegio en ésta profesión. Por eso no puedo estar sino agradecido. Yo no quiero premios, ni reconocimientos, sólo quiero seguir siendo el payaso que hace feliz a la gente.