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Las 10 obras que definieron el arte contemporáneo en 2017


Definitivamente, el artista contemporáneo ya no piensa en los museos para presentar sus obras: la plaza de un pueblo, el lavabo de un hotel, un río, un edificio abandonado, un laboratorio de cría de hongos, el subterráneo de una universidad o el ano propio; fueron las locaciones elegidas para algunas de las obras que definieron el arte contemporáneo durante 2007. Por su parte, términos como "neon-sculpture", bio-arte o arte generativo, "light graffiti" o "light calligraphy" tomaron fuerza en las nuevas propuestas de artistas provenientes de lugares tan disímiles como Estados Unidos, Alemania o Pakistán. Mención especial para los artistas provenientes del mundo árabe, que han demostrado con fuerza, enorme talento (y el creciente apoyo a la cultura en países como Emiratos Árabes o Irán) que arte contemporáneo ya no es un mero capricho occidental y tiene mucho que decir al mundo sobre temas como la mujer, la sexualidad y sí, la religión o lo espiritual. Para seleccionar las obras que consideramos decisivas para el arte contemporáneo durante 2017, buscamos un balance entre la belleza de la imagen, el poder del discurso y su relación con el contexto; lo cotejamos con la opinión de nuestros lectores a través de nuestras redes sociales y llegamos a la siguiente lista:

10.- "I can feel", la explosiva vulva neón de Suzy Kellems Dominik.

En un triste año de "involución", donde parece que todas las luchas por los derechos humanos se han perdido en la mayoría de las batallas globales, Kellems Dominik sale a la defensa de la sexualidad de la mujer con un autorretrato de su propia vagina, en el que representa su recuperación e independencia emocional y física. Una historia corta animada: una vulva neón de gran escala que explota cada tres segundos y cuyas luces simulan el orgasmo femenino, para más señas, acompañadas por formas que recuerdan la iconografía religiosa.

"Es literalmente tan obvio como parece - dice Kellems Dominik -, es un orgasmo. Es realmente la recuperación de mi independencia física y emocional. Creo que es importante que nosotros, como personas, conozcamos nuestros cuerpos, saber cómo funcionan, cómo nos sentimos, cómo se relacionan con nuestras emociones ".


9.- "Los 99 nombres de Allah" escritos en "light graffiti" por JZ Aamir.

Fue un gran año para el Arte Contemporáneo Árabe; abrió el Louvre en Emiratos Árabes, Dubai se consolidó como uno de los sitios más vanguardistas para el arte y el diseño; en Barcelona se realizó la 5ta edición de Al-Tiba9. JZ Aamir, pakistaní residenciado en Dubai estuvo muy cerca de todas estas noticias. "Los 99 nombres de Allah" en "light graffiti", una corriente de la cual prácticamente es el padre, es un work-in-progress continuo: "he escrito 20-25 Nombres de Alá hasta ahora". Nos comentaba en exclusiva para Liceo Magazine, en su primera entrevista para un medio escrito en castellano.

"El proceso requiere una visita de ubicación, aprender la historia de la estructura y extraer una palabra hermosa para disparar y utilizar como Caligrafía de Luz, Después vuelves a visitar el lugar, compones el plano en el que me aseguro de dejar suficiente espacio para la caligrafía ligera, la selección de los LED de color por encargo según el lugar y el ambiente, ajusto el setting-up de mi cámara fotográfica en la exposición larga y comienzo a escribir. He de recomponer de 3 a 4 ángulos para obtener la mejor composición. Todo mi trabajo es directamente de la cámara con corrección de color menor y conversión en bruto. He construido las luces yo mismo para que sean adecuados para la caligrafía lumínica. Nada en mi trabajo es "photoshopped" o retocado de ninguna manera. Escribo al revés para evitar voltear en Photoshop también. Hasta ahora he hecho caligrafía lumínica en árabe, inglés, urdu, farsi y chino. Mi intención es producir caligrafía de luz en tantos idiomas como pueda."

8.- "Growing Geometries – tattooing mushrooms": el bio-art o arte generativo de Theresa Schubert

La artista e investigadora post-media alemana en la intersección del arte, la biología y la tecnología considera que el arte es de origen biológico, lo que se denominaría arte generativo: una obra creada con el uso de un sistema autónomo - generalmente no humano - que puede determinar de forma independiente características de la pieza de arte que requerirían decisiones tomadas por el artista. El trabajo de Schubert tiene sus raíces en una visión posthumanista de la existencia, una visión donde los seres humanos pierden su posición preeminente y los conceptos como la creatividad y la comunicación entre especies se cuestionan y se examinan, de allí que haya decidido tatuar hongos (entre otros experimentos) con el fin de explorar como estos transforman su obra.

"Ya tenía curiosidad por la biología cuando era niña. Cuando tenía cinco años, recogía caracoles de los prados y los traía a casa donde los guardaba en hojas de lechuga dentro de cajas de zapatos. Un par de años después fueron reemplazados por hormigas. Mis padres tenían un gran jardín, así que había mucho espacio para entrar en contacto con los seres vivos. Aparte de mi experiencia personal, creo que una preocupación por la naturaleza es algo inherentemente humano. Todos conocemos la sensación de relajación al mirar un plano abierto de hierba verde y árboles - estar en la naturaleza nos hace sentir bien. Este sentido se acentúa cuando vives en una gran ciudad como Berlín - comienzas a reconocer estas sensaciones cada vez más. Después de la universidad me pasé unos años principalmente haciendo obras de arte con computadoras. Entonces decidí que necesitaba algo más "práctico". En ese momento yo estaba trabajando para Ars Electrónica y conseguí usar el Biolab que se incorpora en el museo. Esa fue mi iniciación más formal a los sistemas biológicos y a los métodos y tecnologías del trabajo de laboratorio.

Si alguna vez hablamos de arte efímero, ahora también podemos hablar de bio-art: arte que nace, crece (con la intervención quirúrgica del artista), se desarrolla y muere.

7.- "Support": Lorenzo Quinn sostiene la bienal de Venecia

Dos manos blancas gigantescas sosteniendo la fachada de uno de los palacios que se asoman al Gran Canal de Venecia, ha sido la primera escultura instalada en el mismo con la intención de sensibilizar a la población sobre los efectos destructivos del cambio climático. El edificio es nada menos que el hotel Ca Sagredo, uno de los más populares de la ciudad, y las manos parecen mantenerlo a flote como si los cimientos del inmueble corriesen peligro de removerse y propiciar su derrumbe. Un concepto nada descabellado, pues los tesoros arquitectónicos de la ciudad italiana están destinados a desaparecer, erosionados por la incesante subida del mar como consecuencia del calentamiento global.

"Las manos del hombre tienen el mismo poder tanto para salvar como para destruir. Venecia es una ciudad de arte flotante que ha inspirado a diferentes culturas durante siglos, pero para seguir haciéndolo necesita el apoyo de nuestra generación y de los futuras, porque está amenazada por el cambio climático y la decadencia del tiempo“.

6.- "Reverence" (Performance Art Live), por Mo'Mohamed Benhadj en Al-Tiba9

El artista argeliano apareció en medio de la quinta edición de la Exhibición Internacional de Arte Contemporáneo Árabe Al-Tiba9, celebrada en Barcelona, como el espíritu de la misma. Rodeado de obras de JZ Aamir, Mounir Fatmi, Abdou Cheref, Mahsa Ali Khani o Faraz Habiballahian, su performance era una reverencia a Alá, cubierto por el fuego que generaban las chispas de dos soldadores, mientras parecía elevar su espíritu en trance; un momento místico donde arte y espiritualidad se fundían.

"La condición humana es compleja. El ser está solo con su naturaleza múltiple, abrumado por los deseos, las emociones y las pasiones, tiene un afán de conocer las posibles dimensiones de su ser, compartido entre lo Sagrado y lo Profano, la contradicción original. ¿Cómo lograr la unión entre libertad y constreñimiento del mundo? ¿Cómo anclarme en el centro de mí mismo? Esta quimera dentro de mí tendrá la "Razón" del "Yo", o ¿mi alma como un pájaro, puede alcanzar otra realidad?"

5.- "Monument for the 308", Andreas Greiner

En sus obras, Andreas Greiner, ganador del GASAG Kunstpreis (Art Prize) 2016, trata sobre los fenómenos de las ciencias naturales y su relación con las humanidades,la medicina, la anatomía y la música. Su espectro de temas abarca desde microorganismos y pollos criados para la producción de carne hasta procesos biológicos y notación musical. Con ellos, describe la relación de las personas en los medios y la sociedad de consumo con el arte y consigo mismos.

Para la cumbre anual de innovación alimentaria Seeds & Chips, la fundación 999 presentó la escultura Monument for the 308: una reflexión sobre la producción industrial de carne y las técnicas de cría, que son características de nuestra relación contemporánea con nuestro entorno. Un esqueleto de un pollo de 7,5 m de metros se alza como un dinosaurio antiguo. La obra lleva el mismo nombre que una raza específica de pollos de engorde hecha por el hombre: Ross 308. Al igual que su antecesor, el Archaeopteryx, esta especie de pollos de engorda se extinguirá: incapaces de transmitir su ADN híbrido, morirán tan pronto como los humanos dejar de criarlos artificialmente. El artista radicado en Berlín especula, así, sobre una posible arqueología del futuro: si los dinosaurios son una reliquia de la era mesozoica, el pollo alterado genéticamente sería en el futuro una reliquia del Antropoceno. La obra se exhibió originalmente con ocasión de la exposición individual de 2016 de Andreas Greiner "Agency of the Exponent" en la Berlinische Galerie. Es una réplica de 7,5 metros de altura de un esqueleto de pollo de engorde (encontrado muerto en una granja de pollos industrializada de Brandeburgo). Posteriormente, su cuerpo fue escaneado utilizando la tomografía computarizada de haz cónico (CBCT) para crear una reproducción digital tridimensional de los huesos. Esta representación se amplió 20 veces (20: 1) y los datos se transfirieron a una impresora 3D para producir los huesos individuales.

4.- “The Absence of Paths”: el Pabellón de Túnez, curado por Lina Lazaar, se torna social para dar la bienvenida a los refugiados

En el pabellón de Túnez de la Bienal de Venecia, la temática fue muy directa: la crisis de refugiados que afecta a todo el continente europeo, en donde grandes masas migratorias mueren en el camino, y cuando llegan a su destino, muchas veces son tratados como animales. Cada quiosco de Túnez estaba ocupado por jóvenes de ese país que emitían a los visitantes documentos de viaje llamados "Freesas", que los visitantes validaban estampando su huella digital, firmando un acuerdo intangible para “respaldar una filosofía de libertad de movimiento universal sin la necesidad de una sanción estatal arbitraria”.

De ésta manera, Lazaar tornaba política la bienal de Venecia, en una especie de performance colectiva e interactiva donde "artista" y espectador podían sentir que vivían en un mundo justo y realmente civilizado.

3.- "El Partenón de los Libros", Marta Minujin nos recuerda que los libros existen

La censura, la persecución de escritores y la prohibición de sus textos motivados por intereses políticos y el deseo de influir en nuestros pensamientos, nuestras ideas e, incluso, nuestros propios cuerpos, se materializaron como urgentes reclamos en El Partenón de los Libros, la colosal obra efímera que la artista argentina Marta Minujín (1943) erigió en la DOCUMENTA 14 de Kassel, en Alemania.

La obra, de 70 metros de largo por 30 de ancho y 20 de alto, era una réplica a escala real del templo de la Acrópolis de Atenas, símbolo de los ideales estéticos y políticos de la primera democracia del mundo. Minujín trasladaba este significado hacia un monumento contra la censura, la represión y la persecución de autores al incorporar en su arquitectura unos 100.000 libros prohibidos provenientes de todo el mundo.

El Partenón de los Libros se erigió -con pertinencia- en la Friedrichsplatz de Kassel, el lugar donde los nazis quemaron unos dos mil libros durante la llamada “Aktion plus an den undeutschen Geist” (“Campaña en contra del espíritu no-germano”), en 1933. Un sitio con mucha historia, pues fue allí donde también el Fridericianum -que todavía estaba siendo utilizado como biblioteca hacia 1941- ardió en llamas durante un ataque de bombardeo aliado, lo que resultó en la pérdida de otros 350.000 libros.

Al final, eran los propios espectadores los invitados a "deconstruir" la obra llevándose los libros a sus casas. Una manera de transmitir el mensaje literalmente.

2.-"Mass", Ron Mueck nos invita a reflexionar sobre el sentido de nuestra vida frente a la muerte

Actualmente en exhibición, el escultor hiperrealista australiano ha presentado en la Trienal de la Galería Nacional de Victoria su obra más grande hasta la fecha. 'Mass' es una instalación de 100 formas individuales de cráneos humanos apiladas en el piso de la galería, cada una de las cuales interactúa con la arquitectura del sitio. Un estudio sombrío de la mortalidad y una extensión de la práctica escultórica hiperrealista de Mueck, "Masa" se basa en la estructura biológica del cráneo, considerado por él como facetas extraordinarias de la humanidad. La instalación trae a la mente los restos en masa de las catacumbas de París, un imponente muro de cabezas humanas que resuena con un sentido simultáneo y extraño de impermanencia y eternidad. De esta manera, Mueck celebra la forma que une a toda la humanidad y rinde homenaje a un símbolo que se ha mantenido dentro del arte de esencialmente todas las culturas y religiones. Rodeados de calaveras que cubren casi todas las superficies de las paredes, los visitantes recuerdan la fugacidad de la vida. Como "hamlets", son invitados a reflexionar sobre el ser o no ser en estos días de banalidad y muerte. Quizá estemos lejos de muchas de ellas, pero el propósito de Mueck es sumergirnos metafóricamente en el centro de las mismas, buscando extraer alguna reacción vital en nosotros.

1.- "Make America Great Again", Abel Azcona dedica su mejor obra de Arte a Donald Trump

El polémico artista español siempre ha sido un gran hijo de su tiempo. Nunca ha temido criticar a la Iglesia Católica, la conservadora cultura sociopolítica española, la sexualidad masculina... pero esta vez fue más allá - literalemente - al viajar a Estados Unidos para dedicarle una de sus últimas obras al entonces recién electo presidente Donald Trump. Lo que se pretendía fuera un homenaje (La obra se llama "Make America Great Again") terminó siendo su mejor afrenta posible y una muestra artística de genialidad insdiscutible, dado el lugar elegido para plasmarla: su ano.

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