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  • Foto del escritorLiceo Magazine

Cultura Post-Covid-19 o lo que la cuarentena nos enseñó

En plena "desescalada", aprovechamos para reflexionar sobre lo que ha significado la cuarentena provocada por el Covid-19 para el mundo cultural, especialmente para el creador audio y/o visual.


El maravilloso fotógrafo español Pablo Sola fue uno de los artistas más creativos ésta cuarentena, compartiendo su trabajo a través de su cuenta de Instagram @pablo_sola



1.- El artista más poderoso es aquél... que tiene un smartphone.

Sea el iPhone americano o el Huawei chino... lo importante es tener un smartphone. Con él todos los creativos somos iguales. TODOS. Desde la todopoderosa Disney hasta un cantante clásico como Andrea Bocelli o los millones de músicos del rededor del mundo todos pudieron expresarse ésta temporada gracias a YouTube o a la nueva estrella del firmamento audiovisual: IGTV.


Disney's Family Singalong autofilmado por todos los artistas invitados desde su casa fue el programa de TV más visto de la cuarentena, inmediatamente el canal ABC lo subió a sus redes sociales y el evento se viralizó. Andrea Bocelli pudo grabar en solitario desde el Duomo di Milano y compartirlo en directo a través de YouTube. El concierto benéfico "One World Together at Home" fue autofilmado por más de 70 artistas desde su casa. Ni hablar de los cientos de festivales musicales independientes como el Cuarentena Fest o el Uñas y Dientes. El periodista y curador Javier Díaz Guardiola lanzó varias exposiciones virtuales a través de su página Siete de un Golpe, mientras cientos de museos, galerías y teatros abrieron sus puertas virtuales a exposiciones pensadas exclusivamente para ser apreciadas y reflexionadas durante la cuarentena.




Ya existían, por supuesto, pero la posibilidad que brindan las redes sociales de transmitir en vivo y/o llegar a grandes audiencias nunca había tenido tanta importancia y aceptación. La movilidad se disparó a la enésima potencia durante la pandemia. Una cámara profesional no servía de mucho a la hora de conectarse en vivo, era más práctico hacerlo desde el móvil, lo cual nos lleva al siguiente punto...


2.- La era de la estética "naïf".


Con el permiso de los profesionales de la fotografía, debemos admitir que la estética del amateur se coronó esta temporada. YouTube ya había dado suficiente poder a cualquier creativo de la faz de la tierra para expresarse, pero siempre "compitiendo" con la estética Disney, Warner, Netflix, MTV... y no es que éstas hayan desaparecido... sólo que culturalmente no han aportado nada ésta temporada. La novedad del "vamos a ver qué dice éste en su directo (grabado con su móvil en modo selfie)", el vídeo musical rodado en el patio de casa o de regreso de hacer la compra, el monólogo en vivo desde la sala, el rodaje a distancia, los miles de documentales colectivos sobre el confinamiento, la fotografía experimental documental tomada a distancia a través del ordenador... eso es culturalmente más impactante y llamativo que cualquier superproducción "perfecta".


El artista brasilero Chris, The Red realizó su serie documental "Cuerpos en Cuarentena", fotografiando a sus modelos a través de Skype. (Instagram: @chris.thered)


3.- La crisis vuelve a ser la Musa #1


Ya lo dijo Shakespeare: la crisis sólo trae consigo oportunidades. Es cierto que ya los móviles y todas estás aplicaciones ya estaban allí, pero se necesitó de una crisis real para que toda una generación (en la mayoría de los países más golpeados por el Covid 19) que no conocía otro estado que no fuera el de bienestar descubriera el impulso para ser creativo utilizando únicamente los recursos que tuviera en su casa y en miles de casos, tan sólo en su habitación.


4.- Los géneros se han reinventado una vez más.

La cuarentena no sólo obligó a crear nuevas historias, sino nuevos modos de contarlas... y con ello, el nacimiento de nuevos géneros: teatro en directo (vía Instagram Stories), exposiciones online, conciertos en casa (vía YouTube), lecturas dramatizadas por zoom...


5.- LOS ROLES SE HAN REINVENTADO UNA VEZ MÁS.

Actores, cantantes o músicos acostumbrados a llegar al camerino, ser atendidos por asistentes y estilistas y luego interpretar al grito de "¡acción!" han tenido que aprender desde maquillaje hasta técnicas de cámara, arte, fotografía y sonido. Directores de cine acostumbrados a tener el control absoluto (y la autoría total) de su obra, han tenido que confiar en el criterio de los anteriores y sacar adelante su historia de manera colectiva, artistas visuales acostumbrados a hacer su trabajo para museos o galerías han tenido que crear contenido para las redes sociales...


6.- Las "majors" acuden a los "minors".

Como consecuencia de la pandemia y de todo lo anterior, las compañías más poderosas del mundo han tenido que mirar a las más pequeñas: allí, en las redes sociales hay todo un mundo de artistas amateurs, o profesionales independientes que causan tanto o más revuelo que una celebridad ya sea del mundo del espectáculo o del arte contemporáneo... y eso lo saben los grandes.


7.- La reeducación de la visión.

Ésta "institucionalización" de lo naïf de parte de los artistas contemporáneos más atrevidos hasta las grandes compañías ha supuesto una reeducación significativa del ojo humano: tras siglos viendo cualquier obra de arte, ya sea pictórica, fotográfica o audiovisual, de manera horizontal, las historias de Instagram revolucionaron la manera de ver el mundo: en vertical, IGTV lo consolidó y el Direct lo llevó a su enésima potencia durante la cuarentena. Ésto es sólo un ejemplo. El ojo humano se ha ido adaptando de la estética de la TV y el cine a la "imperfección" de los contenidos de las redes sociales. Vertical, corto, cubierto de emojis, distorsionado por los filtros más bizarros jamás imaginados, fugaz...


8.- La alienación.

La "doble cámara" le ha concedido a cualquier creador audiovisual el poder de no necesitar a nadie... o lo que es igual: el selfie (el modo "egoísta", en inglés). Ésta alienación elegida, unida a la impuesta por la cuarentena global creó un cocktail explosivo: la posibilidad de quedarnos para siempre en nuestra habitación y nunca más salir de ella: allí dormimos, comemos, creamos... ¿para qué salir a contaminarnos? En este momento de reflexión podemos decir que todo lo anterior no pretende mostrarse como algo bueno o malo, simplemente resumir algunos de los grandes cambios que el Covid-19 ha supuesto a la actividad cultural. Queda de nosotros extraer de todo ello lo positivo y cuidarnos de mantener el balance entre éstos cambios, cuales queremos mantener y cuales queremos dejar como un simple documento de un momento histórico... y seguir adelante, creando ahora con dos nuevos recursos: la libertad "condicionada" más que nunca y la conciencia de que todo nuestro mundo puede desplomarse de un momento a otro.


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