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Lo que Alfredo Jaar nos ha enseñado sobre el arte

  • Foto del escritor: Liceo Magazine
    Liceo Magazine
  • 6 dic 2017
  • 3 Min. de lectura

La primera edición del Festival Internacional de Cine Documental de Arte Contemporáneo de Barcelona (a.k.a. D|Art) terminó por todo lo alto con la premiere europea del filme biográfico sobre uno de los artistas latinoamericanos más importantes de los últimos años (y de todos los tiempos): "Alfredo Jaar, el lamento de las imágenes". Dirigido por Paula Rodríguez Sickert y con Jaar como protagonista único en un largo monólogo en el que reflexiona sobre el papel del artista en el mundo contemporáneo. Una clase magistral filmada con una gran belleza alrededor del mundo, - recopilando información del artista – y con la música de su hijo, Nicolás, como regalo (para él y para todos).

He aquí algunas de sus reflexiones más importantes.

¿Es usted feliz? Alfredo Jaar considera que el artista tiene una obra única y luego se pasa toda la vida repitiéndola. Para él, esta pregunta es el leit motiv de su vida. "Estudios sobre la felicidad" fue su obra juvenil con la que irrumpió con fuerza en el mundo del arte contemporáneo, exponiendo en las calles inmensas vallas con esta pregunta en pleno momento de la dictadura chilena.

Jaar estudió Dirección de Cine en el Instituto Chileno Norteamericano de Cultura en 1979 ("Yo quería documentar, ser testigo de la realidad") y Arquitectura en la Universidad de Chile hasta 1981, esto última considera que ha condicionado su obra, haciéndola metódica y muy racional. "No creo en la inspiración. Mi obra es muy racional. Condidero que el arte debe ser un balance entre información y poesía. Ese balance debe ser perfecto. Si hay más información la obra se vuelve muy didáctica y si hay más poesía (estética) se torna demasiado dulce."

En Abbiamo amato tanto la rivoluzione (Nos gustó tanto la Revolución), por ejemplo, el artista hace al espectador caminar por un mar de vidrios rotos que simboliza la decepción que trae consigo la revolución. Con el vidrio, Jaar también juega con la idea de reflection, entendiendo el concepto tanto como la reproducción de imágenes (reflejo) como pensamiento (reflexión).

Alfredo Jaar, Abbiamo amato tanto la rivoluzione, 2013, vista de instalación en la Fundación Merz. Foto: Andrea Rossetti. Cortesía: Fundación Merz.

Sin duda, el hilo conductor de la obra de Jaar son los problemas sociales, sucedan en el lugar que sucedan. En 1982,un joven Alfredo dejó Chile para mudarse a Nueva York, donde alcanzaría fama mundial en la Bienal de Venecia de 1986, con la serie fotográfica ''Gold in the Morning'', que realizaría en una mina de oro de gran profundidad en Serra Pelada, Brasil, y expondría en la estación de Metro de Wall street donde se vendía ese oro, buscando con ello la reflexión de todos los jóvenes ejecutivos que allí se bajaban para acudir a su trabajo.

Solo un año más tarde se convertiría en el primer artista latinoamericano invitado a la Documenta de Kassel, en Alemania, donde presentó, en la octava edición de este evento, su obra ''1+1+1'' en el Museum Fridericianum. No obstante, su producción más famosa es la serie de obras agrupadas en el ''Proyecto Ruanda'' (1994-2000), que reflexionan sobre el genocidio en ese país.

Los ojos de Gutete Emerita, sobreviviente del genocidio de Ruanda. Alfredo Jaar se encargaría de multiplicar por millones para atrapar a las personas - literalmente - en su mirada.

El contexto lo es todo. Somos lo que recibimos. El contexto nos condiciona.

Busco información hasta llegar a un momento crítico de información donde siento que entiendo y es solamente entonces cuando puedo actuar.

Poder vivir del arte es un privilegio y ese privilegio nos da una responsabilidad. Esa responsabilidad es - para mí - mostrar al mundo lo que está invisible.

No le tengo miedo a la belleza. La uso para seducir a mi público... y mostrarles el horror.

Los espacios de la cultura son los únicos lugares donde aún existe libertad.

Cuando los medios hablan de arte se refieren a los openings, el glamour, las subastas, los grandes eventos. Eso sólo es el 1% del arte. El 99% del arte son jóvenes desconocidos que quieren mover el mundo con su arte para hacer de él un lugar mejor.

 
 
 

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