'Assasination Nation' ('Nación Salvaje' en España, y literalmente, 'Nación Asesina' en Latinoamérica) fácilmente podría haber encajado en la última edición del Festival de Cine Norteamericano Independiente que recién vimos en Barcelona. No sólo porque es norteamericana e independiente... sino por su temática. Leer: Los Estados Unidos de Trump se cuestionan a sí mismo en una nueva edición de 'Americana' 2019.
La segunda película de Sam Levinson ('Another Happy Day'), al igual, que la mayoría de las películas del 'Americana' se ubica en un pueblo cualquiera de los Estados Unidos para observarlo o presentarlo como una metáfora de la Sociedad Trump, esa que llevó a un celebrity de la telebasura a la Casa Blanca: el absurdo postmoderno en su máxima expresión. En este caso, Levinson se toma la licencia poética de situarnos en un pueblo ficticio, pero dejando claro, gracias al uso a rabiar de las bandera americana en más de un cuadro, cuál es esa "Nación de Asesinos". Y lo hace de una manera doblemente poética, toda vez que el nombre de ese pueblo-metáfora, Salem, es un homenaje a la obra maestra de Arthur Miller, y junto con ella, a todas las brujas (mujeres) cazadas por defender su libertad de pensamiento y acción, irónicamente, en la "Tierra de la Libertad".
"Existen dos tipos de personas: las que creen que aún existe la privacidad y las viejas, que creen que aún pueden mantenerla". Ésta línea es el "leit motiv" del que parte la película. Lily (Odessa Young) y sus amigas En, Sarah y Bex, disfrutan de una descontrolada fiesta de drogas, sexo y alcohol, mientras hacen lo que todo ser humano hoy día, conversar con los presentes y chatear con los ausentes desconocidos. Descubrimos que Lily tiene una "doble vida", o al menos una doble vida virtual, pues aunque tiene sexo con su novio, tiene un "amante" en la red ("Daddy"). Esa doble moral es la que la historia abordará en dos casos particulares (el alcalde del pueblo y el director del instituto) cuando sus "vidas virtuales" sean hackeadas. Es la postura de Lily ante estas situaciones, la que la hará una "bruja" actual: al criticar la hipocresía de su sociedad y defender sin vergüenza su propia sexualidad, ya sea real o virtual, cuando ella misma sea también hackeada. "No soy una perra, soy feminista". Sí bien son cuatro las protagonistas, quien más destaca después de Lily es Bex (Hari Nef), su amiga transexual, también hackeada, y cuya exposición online será más humillante para su novio que para ella misma. Pero él es hombre (premisa) y puede resarcir el daño entre sus amigos si demuestra que es suficientemente macho como para matarla. "¿Quién ve una foto de una mujer desnuda y piensa: "¡oye, hay que matar a esta perra!? Resulta que son muchas más personas de lo que te imaginas". 'Assasination Nation' es una película feminista por antonomasia, que si bien llegó (en el caso de España, recién ahora) en pleno apogeo del feminismo mediático, realmente antecedió al mismo. Su estreno mundial fue hace un año en Sundance 2018, lo cual indica que fue hecha antes que el #metoo y el #standup asaltaran los medios. A diferencia de aquéllas pobres brujas del clásico Salem, éstas buscas tomar venganza y acabar con aquéllos hombres que han abusado de ellas.
"10% de la población es cruel, 10% es misericordioso y el 80% se puede mover de un lado a otro en cualquier momento (...) Después de todo, nada nos une más que la tragedia (...) Y mientras peor se ponen las cosas más entretenido será para ti". "Nación Asesina" resulta increíblemente valiente por todos los temas que aborda y que deja claro que lo hará desde su primera secuencia, por su título y por el referido uso de las banderas americanas... no es en absoluto raro que fuera un estrepitoso fracaso de taquilla en los Estados Unidos, un país donde el cine que triunfa es el que hace exactamente lo opuesto: alienar y presentar a los americanos como héroes maten a quienes maten, siempre y cuando lo hagan haciendo algún chiste y no exija el uso de una sola neurona para su comprensión (Véase la saga 'Avengers/Vengadores'). 'Nación Asesina' se atreve, incluso, a involucrar a la audiencia (femenina) en su discurso. Al igual que el guionista y el director de la película, quien escribe estas líneas es un hombre... si fuera mujer, ésta sería seguramente una de mis películas favoritas. De hecho, soy feminista, así que ya lo es.
