¡Yo creo que no!
Nuestra primera editorial tiene que ver justamente con la razón de ser de esta revista.
Fui cordialmente invitado a una entrevista para conversar sobre la posibilidad de asumir la Dirección Creativa de una revista muy importante, importantísima. Probablemente la número 1 del mercado hispano.
La entevista fue muy simpática, con personas muy agradables que definitivamente conocen el mercado mucho más que yo (así que probablemente si me estás leyendo perteneces a una ínfima minoría, gracias!)
Según la información proporcionada (ojo, tampoco soy tan inocente y entiendo perfectamente a qué se refieren): lo que "vende" entre los "millenials" (o sea, lo que leen los adolescentes) son: notas muy idiotas, tragedias humanas terribles (por aquéllo de la catarsis, me imagino, no para colaborar) e imágenes vacías sin ningún tipo de contenido. La conclusión es que el "millenial" es idiota y no se puede hacer nada al respecto. Lo bueno, lo bello, lo culto, el pensamiento y la reflexión no pertencen a este estadio de la naturaleza humana.
Al salir, frustradísimo, comenté la conversación con un profesor para ver qué opinaba y me respondió: ¡por supuesto! Vivimos en una "sociedad basura". La gente sólo consume y produce porquería. ¿No has visto la televisión española?
Entonces, la frustración se convirtió en depresión: ¿se acabó el pensamiento humano, la reflexión y la investigación?, ¿Eran las redes sociales los tentáculos de "La Matrix"? ¿Una masa enorme, con móviles pero sin cerebro, corazón y espíritu moviendo al mundo, generando clicks y haciendo ricos a otros tontos que también hacen click a otros peores?
Cerré los ojos, quise volver a la Grecia Clásica y poder visitar un liceo: aquéllos lugares a los que se iba a trabajar el cuerpo, reflexionar con los amigos, pedir consejos a los maestros y aprender de la belleza con propósito.
Entonces creé "Liceo Magazine"
El Editor